Llevar el producto local a la mesa es una cuestión de gusto y de filosofía. Una apuesta por la calidad y por la valorización de nuestro territorio y su gente.
Consumir producto local tiene grandes beneficios para uno mismo y para el entorno. Los alimentos frescos que se han producido en proximidad conservan mejor el sabor y las propiedades nutritivas cuando llegan a nuestro plato, pues no han tenido que recorrer grandes distancias. Además, su huella ecológica sobre el planeta es mucho menor a la de un producto importado, porque el consumo de carburante de su transporte es menor y, por tanto, se reducen las emisiones de CO2 a la atmósfera. Por eso, cada vez son más las personas que apuestan por llenar la cesta de la compra con producto local y que esperan también encontrarlo en su restaurante favorito.
Nuestra tierra nos brinda una gran variedad de productos de calidad, y no podemos desaprovecharlos. En El Racó lo tenemos claro y, por eso, en nuestra carta los productos locales tienen un gran protagonismo. Como buenos gerundenses, nos sentimos orgullosos de llevar a la mesa de tantos comensales la manzana de Girona, un producto con indicación geográfica protegida.
El trabajo de unos campesinos que aman la tierra por tradición familiar y el clima privilegiado por la proximidad al Mediterráneo y a los Pirineos, con temperaturas suaves y una humedad elevada, han dado como resultado una manzana de color perfecto y sabor dulce que cautiva miradas y satisface los paladares de aquellos que sucumben al fruto del pecado original. Las variedades que encontramos en el campo de Girona son Golden, Red Delicious, Royal Gala y Granny Smith.
La manzana es un ingrediente empleado en numerosas recetas, desde ensaladas hasta repostería, pasando por las compotas que acompañan algunos platos de carne. En El Racó la encontrarás al natural, con sus vitaminas intactas y baja en calorías, para que puedas rematar una buena comida de una manera deliciosa y, al mismo tiempo, saludable.